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miércoles, 22 de julio de 2015

Niños futbolistas: Tráfico África-Laos

La BBC ha destapado una trama de tráfico de jugadores menores de edad en Asia que han estado viviendo como esclavos. Esta situación corrompe el Reglamento de la FIFA que prohíbe el movimiento de los jugadores a un club extranjero o academia hasta los 18 años, algo por lo que fue sancionado el Barcelona y por lo que no puede inscribir jugadores hasta 2016. 

Musa Bility, presidente de la Liberian Football Association, admitió parte de culpa en esta situación que lo involucra aunque indirectamente. "Quizás deberíamos haber hecho más de lo que hicimos. A este nivel es probable que tenga que abrirse una investigación para determinar qué fue lo que pasó. Como país debemos ser capaces de ofrecer oportunidades y esas oportunidades no están aquí. Liberia en más de 165 años sólo en la actualidad está terminando el primer centro de entrenamiento de fútbol. Tal vez si ese centro de formación ya estuviese esos chicos no estarían en Laos", declaró ante la consulta de la BBC.

La FIFA es cada vez más restrictiva con estos casos y ya conocen que un grupo de 23 niños africanos -con mayoría de Liberia, pero también de Guinea, Ghana y Sierra Leona- de 14 años fue obligado a firmar un contrato con la escuela Champasak United, con sede en Pakse, al sur de Laos.

La intención del club es vender a los jugadores en el futuro para sacar rentabilidad económica mientras los mantiene en una situación de "esclavitud", según asegura uno de los niños. "Es difícil vivir en un lugar sin ventanas", añade Kesselly Kamara, un jugador de 14 años de Liberia. Agrega que le obligaron a firmar un contrato de seis años antes de jugar. Le prometieron un salario de 200 dólares al mes y alojamiento, pero nunca le pagaron y tuvo que dormir en el suelo del estadio junto al resto de sus compañeros. "Estaba muy mal porque no se puede tener 30 personas durmiendo en una habitación," cuenta Kamara, que ahora está jugando para un club de su país después de regresar a casa. 
Los futbolistas que han regresado a Liberia reafirman al pequeño Kesselly Kamara. Aseguran que estaban mal alimentados, que no solían cobrar y que no han tenido apoyo médico a pesar de contraer malaria y tener fuertes fiebres debido a las malas condiciones de vida. 

El exinternacional de Liberia Alex Karmo era el encargado de convencer a los niños para que firmen el contrato con la academia. Los menores aceptan ante la falta de futuro deportivo en su país. Cuando llegan allí, descubren que es "una academia ficticia", cuenta el periodista liberiano Wleh Bedell. No tiene entrenador ni médico. Los jugadores dicen que no se les permite salir del recinto del estadio salvo en contadas ocasiones. Los menores tienen la esperanza de conseguir un permiso de trabajo, pero es realmente complicado porque todos son menores de edad. 

"No quiero que mi hijo vuelva a Liberia hasta que logre su sueño," dice la madre de un niño de 17 años a la BBC. El organismo del fútbol mundial ya ha comenzado las investigaciones para "evaluar el asunto y salvaguardar los intereses de los menores de edad", dijo un portavoz de la FIFA a la BBC. Tras la presión de la FIFA, 17 jóvenes se marcharon de la academia, pero otros seis prefierieron continuar. Según FIFPro estos han firmado un contrato con el club. Aunque los jugadores no tienen contratos profesionales y Karmo dice que los jugadores son alimentados tres veces al día y que les pagan cada mes.

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