[Por Diego Martín Yamus] Tal como presentamos en la previa de Brasil 2014 la historia de África en los Mundiales, desde hoy les ofrecemos traer al presente la rica historia del torneo más importante de fútbol del continente: la Copa Africana de Naciones (CAN), que después del Mundial es la más atrayente y motivante para los distintos equipos africanos. Y que últimamente, gracias a sus nombres propios, ha ido creciendo en prestigio internacional hasta el punto de ser televisada a muchos países, incluyendo Sudamérica que le puso gran atención por ser ocasional rival de varios de estos conjuntos en Copas del Mundo.
Comenzamos hoy entonces con su nacimiento, que como tantas otras competiciones atravesó dificultades. Luego de que en junio de 1956 fuera creada la Confederación Africana de Fútbol por una propuesta de la FIFA en el congreso de Lisboa, los cuatro países fundadores (Egipto, Etiopía, Sudán y Sudáfrica) decidieron organizar la competencia, que así dio su puntapié inicial en 1957. El lugar elegido fue Sudán, más precisamente su capital Khartoum y el estadio Municipal.
Aquel 10 de febrero del 57 las selecciones africanas comenzaron a luchar por el hoy prestigioso campeonato. Los primeros fueron Egipto y el local, y ante unos 30 000 espectadores los egipcios empezaron a mostrar su poderío en la región ganando esa semifinal por 2 a 1, con goles de Raafat Helmy (21´) y Mohamed El Diba (72´), mientras que Borai Al Bashir empató parcialmente a los 58´. En tanto, ese mismo día debían jugar la otra semifinal Etiopía y Sudáfrica, pero éstos fueron descalificados por la CAF debido a que su gobierno, en los comienzos del apartheid, les prohibió incluir jugadores de otra raza que no fuera blanca.
Así las cosas, Egipto y Etiopía disputaron la primera final de la historia africana el 15 de febrero de 1957 en el estadio Municipal ocupado por unos 30 000 espectadores y con el arbitraje de Mohamed Youssef, de Sudán. Egipto volvió a exhibir gran superioridad y con cuatro goles de Mohamed El Diba -foto-, se impuso por 4-0 para levantar el Abdelaziz Abdallah Salem, primer trofeo puesto en juego, comenzando una gloriosa historia que lo llevaría a ser el más campeón de Africa. Y que se prolongó dos años más tarde, cuando repitió en su propio país, lo cual repasaremos en la próxima nota.
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