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martes, 25 de febrero de 2014

Coluna, el adiós a otro grande

El principio de año trajo la dura noticia del fallecimiento de Eusebio, gloria del fútbol portugués y africano. Ahora, uno de sus más importantes laderos es el que se despide para, seguramente, encontrarse con Eusebio en el cielo para tirar las mejores paredes y gritar juntos los goles. Se trata de Mário Coluna, quien a los 79 años murió en Maputo (Mozambique) luego de no poder superar una afección pulmonar. 

"Conocido como “O Monstro Sagrado”, comenzó jugando en el Grupo Desportivo de Lourenço Marques (nombre de Maputo durante la dominación portuguesa), donde fue fichado por el Benfica en la temporada 1954/55. Durante su estancia en Lisboa ganó 10 campeonatos de liga y 6 copas de Portugal (1955, 1957, 1959, 1962, 1964 y 1969). Además, jugó cinco finales de la Copa de Europa con el Benfica. La primera de ellas fue en 1961 contra el Barça, la final de los palos de Berna que Eusebio aún no jugó. En este encuentro Coluna marcó un gol con un disparo desde muy lejos de la portería que batió a Ramallets. La siguiente temporada el Benfica volvió a llegar a la final; en esta ocasión contra el Real Madrid, derrotado por 5-3, con otro gol de Coluna. Ese fue de los últimos partidos de ese Benfica entrenado por el húngaro Bella Guttmann. Se marchó ese año y el Benfica nunca más ganó la Copa de Europa. Las tres finales siguientes a las que llegó las perdió, con Coluna en el césped", cuenta el gran Toni Padilla en MarcadorInt.
"Cuando Eusébio dejó su Mozambique natal y llegó a Lisboa para jugar en el Benfica, traía una carta destinada a Mário Coluna. Coluna era el ídolo de todo Mozambique. Un chico de la tierra que brillaba en Europa, en el Benfica. “Llegó con esa carta de su madre, que me pedía que cuidara de Eusebio como si fuera mi hermano pequeño, mi hijo”, recordó Coluna en su momento. Coluna cuidó del joven delantero y juntos, esos dos mozambiqueños, lo ganaron todo con el Benfica. Brillaron con Portugal en el Mundial de 1966. Y sus gestas se cantaron en Portugal y África", agrega Padilla en su nota. 

Tras los logros con el Benfica, emigraría luego al Lyon francés para retirarse en 1972. Tres años después, Mozambique lograría la independencia de Portugal y él sería un hombre clave en el desarrollo y el crecimiento del deporte en su país natal. Fue presidente de la Federación de Fútbol Mozambiqueña y Ministro de Deportes entre 1994 y 1999.

Hoy se despide de esta vida, pero su legado, su recuerdo futbolístico quedará por siempre guardada en la memoria de los amantes del deporte más bonito del mundo. Será tiempo de reencontrarse con Eusebio, su hermano pequeño, como él lo llamaba cariñosamente.

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