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martes, 26 de marzo de 2013

Tanzania-Marruecos, por un lector

[Por Agustín Castoldi (Periodista argentino)] Domingo por la mañana después de un mal sueño, Tanzania-Marruecos es el único partido on line… ¡por suerte! El resultado ayuda a explicar lo que unos pocos quizás vimos… ¡por suerte!

Tanzania, esa unión sesentista entre Tanganica y Zanzíbar, eso uno de los 33 estados africanos que ingresan en la definición de países del cuarto mundo. La precariedad y marginalidad reina en Tanzania como en tantos otros lugares del continente negro. Los niños tienen problemas de desnutrición, son explotados o abandonados, pero también juegan al fútbol claro. Y gracias a ello pueden soñar. África en estado puro y dos jovenzuelos divirtiéndose (y divirtiéndonos), Mbwana Samata (20) y Thomas Ulimwengu (19).

Pero sería injusto hablar sólo de ellos aunque la rompieron. Porque este texto en realidad está inspirado en la idea. En no tirar un pelotazo si no hace falta, sino buscar pases largos hacía un compañero con ventaja. En la rotación constante de sus jugadores, difícil explicar por ejemplo de que jugó Amri Kiemba (29, del Simba SC). En salir jugando siempre aun asumiendo riesgos altísimos, de manera inocente muchas veces. El libro del Can Barca en su máxima expresión ante un rival, vale aclararlo, menor. ¡Qué lejos quedó aquel Marruecos de Francia 98 con Hadji!

Tanzania no va a ganar el Mundial, ni siquiera clasificará, y es muy probable que ni tampoco pase esta fase. ¡Pero qué lindo es que lo intenten de esta manera! Los pases largos no siempre llegaban a destino porque la técnica muchas veces no ayuda. Kiemba generó más desorden que orden en muchos lapsos del partido. Y son imperdibles, por lo arriesgadas y dubitativas, las triangulaciones entre los centrales Aggrey Morris y Kelvin Yondani y el arquero Juma Kaseja (flacucho y bajito, pero ágil y con buenos reflejos). Idea primermundista con las imperfecciones de los rezagados. Fútbol en estado puro.

La intención de parecerse a un modelo que alcanzo la perfección y conquistó a estetas y tacticistas motivo este texto. Pero son muchas imágenes las que quedan en la retina después de ver rodar la pelota en el continente negro. Empecemos por algunas desordenadas.

El Benjamin Mkapa (periodista, tercer presidente de Tanzania, presente en asuntos políticos desde 1962, o sea héroes de la independencia vivitos y coleando, tan africano todo) National Stadium y su afición. No menos de 40 mil enfervorizados hinchas en un estadio gigante (60 mil lugares) construido por una empresa China y con la mayor parte de la inversión donada por el gigante asiático. La pasión por el fútbol encuentra en este lugar del mundo su súmmum. ¿O cómo se entiende un estadio abarrotado para ver a una nación que muy difícilmente cumpla sus objetivos? Y esto pasa en todas las canchas… ¿O nos vamos a creer el cuentito de que la pasión es solo “nuestra” y de nuestros barras bravas?
Fotos del partido hay miles. Las piernas hiper delgadas de Samata en el suelo ante tanto castigo del músculo marroquí, el consuelo casi de amigo de Ulimwengu a Samata luego de que éste fallé un gol cantado, las risas cómplices entre los artistas después de una jugada que no salió. Tanzania recordó que el fútbol mundial está muy vivo, que late cada vez más fuerte en los lugares menos pensados.

Pero las perlas del partido fueron ellos. Mbwana y Thomas, los nenes desgarbados que oficiaron de delanteros. Samata y Ulimwengu, los cracks que salieron en andas. Los futbolistas del TP Mazembe congoleño demostraron que están para escalar hacía los altares en el mundo de la redonda. Agilidad, técnica, pegada y, sobre todo mucho descaro. El primero fue un incordio durante la primera parte para la zaga marroquí y remató el partido con dos exquisitas definiciones. Ulimwengu rompió el partido cuando ingresó por Mazimoto, un gol al primer toque, varios desbordes y una cesión a su amigo para que falle un gol a lo Alexis Sánchez en su maléfica temporada. Todo en 10 minutos.

No sé si este texto aportará algo o no. Si a alguien le interesará o no, pero a quien escribe le sirvió. Sirvió para darse cuenta de que el fútbol es mucho más interesante cuando se disfruta, cuando se parece más a una reunión de amigos, que a las presiones estratosféricas que vemos cada domingo en nuestro país. ¡Gracias África por esto!

Mis 11 héroes de un domingo de ramos después de un mal sueño: Juma Kaseja (27, Simba SC) - Erasto Nyoni (24, Azzam United), Aggrey Morris (29, Azzzam United), Kelvin Yondani (28, Simba SC), Shomari Kapombe (21, Simba SC) - Mrisho Ngasa (23, Azzam United), Salum Abubakar (20, ignorado), Frank Domayo, Amri Kiemba (29, Simba SC) - Mwitula Kazimoto (24, Simba SC), Mbwana Samata (20, TP Mazembe). DT: Kim Poulsen, Dinamarca.

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