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lunes, 10 de diciembre de 2012

Conexión china con el fútbol africano

[Especial para Offside Web] Como nunca, en los últimos tiempos, el mercado ha visto la llegada incesante de futbolistas africanos a la Liga de China. El zambiano Isaac Chansa pasó del Orlando Pirates (Sudáfrica) al Henan Jianye. El nigeriano Aiyegbeni Yakubu dejó el prestigio de la Premier League de Inglaterra para recalar en el Guangzhou. Y sin lugar a dudas los pases más resonantes fueron los del marfileño Drogba (Chelsea a Shanghai Shenhua), y los malienses Frederic Kanouté (del Sevilla a Beijing Guoan) y Seydou Keita (Barcelona al Dalian Aerbin). 

Pero en la Chinese Super League había africanos desde antes. En el Dalian Shide está el zambiano James Chamanga y dirige Nelo Vingada -entrenador portugués de amplia trayectoria en equipos egipcios y marroquíes-. En el Shandong Luneng milita el mozambiqueño Simao. En el Dalian Aerbin, recibieron a Keita el ghanés Lee Addy y el nigeriano Peter Utaka -autor de 20 goles y segundo en la tabla de goleadores-. En el Qingdao Jonoon el representante africano es Gabriel Melkam (Nigeria). Mientras que en el colista, el zambiano Chris Katongo y el ghanés Godfrey Karikari esperan que Chansa traiga nuevos aires para mejorar la performance. 

Pero la conexión de China con el fútbol africano va más allá de la gran cantidad de jugadores de África que militan en la Chinese Super League. Y es una política del país asiático que trasciende todos los ámbitos. Según Francisco Giacosa, en un artículo sobre la presencia de China en África, “en su manera de relacionarse con los países africanos, la potencia asiática se diferencia del modelo occidental. Por un lado, no impone barreras arancelarias ni tampoco condiciona la inversión con el cumplimiento del respeto de los derechos humanos. Dicha situación, que puede ser beneficiosa para los países africanos, también implica el posible pago de un precio muy alto, debido a que las inversiones son hechas por financieras chinas y en las operaciones participan los contratistas chinos, sin posibilidad de intervención de las empresas locales”. Por ejemplo en Angola, sede de la Copa Africana de Naciones (CAN), la China International Fund Ltd y China Eximbank, otorgaron créditos que se utilizaron para la construcción del Estadio “11 de noviembre” (fecha del día de independencia de Angola), con capacidad para 50.000 mil espectadores. El mismo se encuentra en Luanda y hoy lo utiliza el Atlético Petroleos que juega en el Girabola local. También constructoras chinas fueron las encargadas de construir otros estadios, en Benguela, Cabinda y Lubango. 
Para la Copa Africana siguiente, de la que fueron co-anfitriones Gabón y Guinea Ecuatorial, China siguió ofreciendo ayuda a cambio de réditos económicos. Por ejemplo, con la ayuda en la construcción del Nuevo Estadio de Libreville, que, se dice, fue a cambio de importantes acuerdos petrolíferos. La obra fue llevada adelante por la Shangai Construction Group y terminó siendo la sede de la final de la CAN, que decretó el primer campeonato en la historia de Zambia. Justamente los Chipolopolos, no tenían un estadio a la altura de sus objetivos hasta que aparecieron los inversionistas chinos interesados en sus minas de cobre e hicieron posible la construcción de un ultramodernoso estadio, el Levy Mwanawasa de Ndola -foto-. En 26 meses, la constructora Anhui Foreign Economic Construction (Group) Co. Ltd construyó un estadio con capacidad para 50 mil espectadores y también participó en la remodelación del Independence Stadium de Lusaka. En ambos proyectos se invirtieron casi 100 millones de dólares. 

Como muestra el mapa del principio, 13 países cuentan con estadios que fueron construidos con la ayuda de empresas o inversiones provenientes de China. Veintisiete estadios chinos en todo el continente africano, muestra clara de la utilización que hace China del fútbol para seguir afianzando su permanencia en África. Porque el fútbol, como en todo el mundo, ya es parte importante de toda sociedad, de todo país y, en este caso, de todo un continente.

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