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jueves, 21 de junio de 2012

La ilusión de las chicas sudafricanas

[Vía Fifa.com] El torneo olímpico de fútbol femenino ha contado en tres ocasiones con la presencia de equipos africanos, y en todas ellas las representantes del continente han sido las nigerianas. Curiosamente, el año en el que África ha obtenido una segunda plaza entre los 12 equipos de la cita olímpica, Nigeria no ha conseguido clasificarse para Londres. En su lugar, Sudáfrica y Camerún serán las encargadas de ondear la bandera del continente cuando a finales de julio arranque la quinta edición del Torneo Olímpico de Fútbol Femenino.

Para el equipo sudafricano, también conocido como Banyana Banyana (“las chicas”), el viaje ofrece no solo motivo de orgullo y la posibilidad de alcanzar la gloria: es también una ocasión inmejorable para potenciar el fútbol femenino en su propio país. “Queremos dar que hablar en los Juegos Olímpicos porque en Sudáfrica el fútbol femenino no es todavía profesional. Si obtenemos un buen resultado tendremos la oportunidad de mejorar la situación del fútbol femenino”, explica el seleccionador Joseph Mkhonza.

El sorteo les ha deparado un grupo difícil en el que también estarán Japón, vigente campeona mundial, Canadá y la sempiterna Suecia. Mkhonza sabe que su equipo tendrá que dar lo mejor de sí mismo si quiere alcanzar los cuartos de final. "El fútbol es un deporte impredecible en el que puede pasar de todo. Si estás dispuesto a esforzarte e intentas hacer tu juego, todo es posible. Los países con los que nos vamos a enfrentar también fueron debutantes en su día”.

El seleccionador espera que lo sucedido el año pasado en la Copa Mundial Femenina de la FIFA sirva a su equipo de inspiración. "Todo el mundo hablaba de Alemania y Estados Unidos, pero al final fue Japón quien se alzó con la victoria en el torneo. No digo que vayamos a hacer lo mismo en los Juegos Olímpicos, pero nada puede impedirnos jugar un buen torneo”.

Mkhonza empezó a entrenar en el fútbol femenino en 1992, tras una carrera como jugador transcurrida en las filas del Kaizer Chiefs y un breve paso por el African Wanderers. Tanto él como sus jugadoras están abrumados por el apoyo que han recibido en todo el país. "La gente se acerca para felicitarnos y desearnos suerte, se interesan por el equipo y nos cuentan que estarán con nosotros cuando juguemos en Londres”.

El entrenador ha dispuesto de bastante tiempo para trabajar con el equipo, y lleva preparando la cita olímpica desde que obtuvieron la clasificación. "Hemos estado en varias concentraciones y hemos disputado competiciones internacionales para reunir toda la experiencia posible antes de Londres. Antes de que arranque el torneo, pasaremos algunas semanas en Alemania”.
Un tatuaje olímpico
Este periodo de preparación permite pensar a la experimentada zaguera Janine van Wyk que el equipo hará un buen papel en Londres. “Participar en los Juegos Olímpicos es de por sí una inyección de moral, y desde luego no nos planteamos volver a casa sin conseguir nada más. Estoy bastante convencida de que podemos hacer un buen torneo”.

Van Wyk, concentrada por completo en el fútbol para llegar a los Juegos en condiciones óptimas, señala que jugar al más alto nivel ha sido siempre un sueño para ella. Tan en serio se toma el sueño olímpico que se ha tatuado los anillos olímpicos y la silueta del continente africano sobre el brazo. "Me sirve para recordar mi sueño, y también que no estaré representando solo a Sudáfrica, sino a todo el continente”, afirma Van Wyk, quien a sus 24 años es una de las jugadoras con más experiencia internacional del equipo y suma ya más de 70 encuentros con la selección.

Pero las cosas no siempre han sido fáciles para ella. “Que una chica blanca quisiese jugar a fútbol llamaba un poco la atención en Sudáfrica, y cuando empecé a jugar más en serio en áreas de mayoría negra la sensación era un poco extraña. No hay muchas jugadoras blancas, y mis padres se preocupaban por mí”, explica. “Es cierto que pasó un tiempo hasta que me aceptaron por completo, pero cuando mis compañeras comprendieron que iba muy en serio pasé a ser miembro de pleno derecho del equipo y nunca he tenido que arrepentirme”.

Recuerda también que a medida que el equipo iba acercándose a la cita olímpica, empezó a darse cuenta de que su sueño podía hacerse realidad. "Ahora mismo estoy muy ilusionada con jugar en Londres. Más tarde me gustaría poder jugar profesionalmente al fútbol. Ese es mi próximo sueño, mi objetivo”, afirma.

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