Engels, comandante en Mozambique

 [Vía Fifa.com] Mozambique atrajo la atención del mundo en la competición preliminar de la Copa Mundial de la FIFA Sudáfrica 2010, cuando complicó las cosas a Nigeria y Túnez en la decisiva ronda de grupos. Aquel esfuerzo no bastó para obtener la ansiada clasificación para la fase final, pero sí supuso un primer toque de atención para sus contrincantes continentales: después de mucho tiempo, Mozambique volvía a ser un rival a tener en cuenta. En ruta hacia Brasil 2014, la nación del sudeste africano quiere prolongar la racha de buenos resultados y, para conseguirlo, ha apostado por un experto seleccionador.

Sobre Gert Engels recae la tarea de que Os Mambas consigan dar un nuevo paso adelante. El entrenador alemán alcanzó sus mayores éxitos como jugador defendiendo los colores del Borussia Mönchengladbach a mediados de la década de 1970. Más de treinta años después, a sus 55 años, Engels constituye un ejemplo paradigmático de antiguo jugador profesional que ha sabido reciclarse como entrenador y alcanzar el éxito lejos de su país.

Tras cerca de 20 años de carrera en Japón, donde ejerció como entrenador del Yokohama Flügels (el actual Yokohama F. Marinos), JEF United, Kyoto Purple Sanga y Urawa Red Diamonds, el afable Engels firmó en octubre de 2011 para ponerse al frente de la selección nacional de Mozambique durante los siguientes tres años. El veterano entrenador reconoce que la propuesta lo pilló ligeramente por sorpresa.

"Estaba entre empleos, considerando ofertas, y en realidad contaba con seguir trabajando en Japón, pero la historia con Mozambique se desarrolló de manera muy rápida. La asociación alemana me recomendó a la mozambiqueña y, tras una negociación corta pero intensa, firmé el contrato", recordaba Engels durante una entrevista concedida a FIFA.com.

Instalado en Mozambique 

Al cabo de pocos meses Engels decidió establecerse de manera permanente en el país del sudeste de África y se instaló en Maputo, la capital. Su esposa y su hijo viven ahora en Alemania, mientras que su hija estudia en Londres: una situación nada fácil, aunque necesaria, para la familia Engels.

"Para un seleccionador resulta de extrema importancia estar muy encima de todo cuanto sucede. Sólo así puedo estar seguro de que se mantiene el contacto con todas las instancias relevantes. Evidentemente no resulta fácil, puesto que mi familia ha tenido que quedarse de momento en Alemania, pero estamos buscando un colegio para mi hijo, y no descarto que él y su madre se vengan a vivir aquí conmigo dentro de poco tiempo”, señala.

Pese a lo complicado de su situación personal, Engels ha conseguido concentrarse por completo en el combinado nacional mozambiqueño, que en la actualidad disputa los clasificatorios para la Copa Mundial de la FIFA Brasil 2014 y la Copa Africana de Naciones de la CAF 2013. Sin duda, los problemas a los que se ha enfrentado Engels en Mozambique son muy distintos a los que pudo conocer durante sus años en Japón.

“Mozambique es todavía uno de los países más pobres del mundo, y los recursos económicos de que dispone la selección nacional son limitados. De ahí que debamos poner un cuidado exquisito en la organización y las estructuras. El talento existe, al igual que la voluntad de trabajo, y estoy seguro de que entre todos obtendremos buenos resultados", recalca el técnico, mirando al futuro con optimismo.

Lo cierto es que el trabajo de Engels (asistido por Torsten Spittler, Director Técnico de la Asociación Mozambiqueña de Fútbol) ya empieza a dejarse notar. La media de edad del combinado nacional se ha reducido considerablemente, y la pareja de técnicos alemanes ha apostado por una formación conjunta y común de las categorías inferiores de la selección, una política que ha dado sus primeros frutos con la incorporación de algunos jóvenes talentos al primer equipo.

Engels y sus colaboradores no permiten que los pequeños contratiempos que encuentran casi a diario alteren su trabajo, como reconoce entre risas el seleccionador: “Cada día en Mozambique trae nuevas sorpresas, y a uno pueden pasarle mil cosas con las que no contaba. Una vez nos encontramos con que el terreno de entrenamiento estaba ocupado y no pudimos trabajar. En otra ocasión no había asientos suficientes en el autobús del equipo, y unos cuantos jugadores y yo tuvimos que seguir en taxi al grueso de la expedición”.

"Pelos de punta" durante la clasificación mundialista 

Pese a todas las pequeñas trabas, Engels ha vivido también momentos muy especiales al frente de su joven equipo, instantes que a buen seguro no olvidará jamás. “Una de las veces que más me he emocionado fue en las Comoras: estábamos allí para disputar un partido como visitantes, y cuando nos dirigíamos en autobús al estadio el equipo entero empezó a dar palmas y cantar. Al final me quité los auriculares y me uní a ellos como uno más, aunque no puedo decir que me supiese la letra de la canción", recuerda a propósito de la primera ronda clasificatoria para la Copa Mundial.

De algo tuvo que servirle a su equipo, puesto que, tras imponerse por partida doble al combinado de las islas, alcanzó la segunda fase de la clasificación africana, en la que comparte grupo con Egipto, Guinea y Zimbabwe. En el primer partido, disputado contra los Faraones, Mozambique plantó batalla antes de caer derrotada por 0-2.

"Evidentemente, no somos favoritos de grupo, pero tenemos todavía cinco partidos por delante para demostrar la pasta de la que estamos hechos. En el fútbol todo es posible: eso es algo que he podido comprobar una y otra vez a lo largo de mi carrera”, declaró un Engels muy optimista en vísperas del encuentro contra Zimbabwe, que se disputará el 10 de junio.

"La mejora de la selección resulta más que evidente. Me lo han confirmado los jugadores que militan en equipos europeos y que sólo ven al equipo a intervalos irregulares. Se han llevado una sorpresa positiva, lo que supone un espaldarazo para nuestro trabajo. Me gustaría que tras el partido contra Zimbabwe conserváramos algunas opciones en el grupo. Yo, desde luego, estoy convencido de que sumaremos puntos”.