Sin lugar a dudas, el marfileño Didier Drogba fue el jugador clave en el título del Chelsea en la UEFA Champiosn League. Su equipo perdía 1-0 en casa del Bayern Munich y sólo restaban cinco minutos, cuando apareció el goleador para igualar las acciones con un soberbio cabezazo que estiraba la definición al tiempo suplementario. Allí, en su afán de colaborar en la marca, le cometió un penal a Franck Ribery, pero su compañero Petr Cech lo salvó al contener el disparo de Arjen Robben.
Sin modificaciones en los tiempos extras, hubo que ir a los penales. Y nuevamente Drogba, fue la clave del equipo del italiano Roberto Di Matteo. Tuvo la responsabilidad de ejecutar el penal decisivo y lo convirtió para dándole el primer título en Champions League al Chelsea. Su gran actuación le valió el premio al jugador del partido. Además, fue el tercer africano que marcó en una final del certamen, tras el argelino Madjer (Porto) y el camerunés Samuel Eto'o (Barcelona).
"¡Es el destino! Yo soy creyente y oré mucho por eso. Estoy seguro de que fue escrito. Dios es grande, al igual que este equipo. Nuestro club tiene un gran espíritu y nunca se da por vencido hasta el final", declaró Didier tras la premiación.
El goleador de los Elefantes fue el máximo goleador del Chelsea en este título, con seis conquistas. Pero también hubo otros exponentes africanos en el elenco Blue. El congoleño Bosingwa tuvo participación en once de los trece partidos desde el lateral derecho. En el mediocampo, el nigeriano Obi Mikel fue un habitual (9 partidos), mientras que el ghanés Michael Essien, que poco a poco se recuperó de una molesta lesión, jugó dos encuentros. Y por último, el compatriota de Drogba, Salomon Kalou, jugó siete partidos y gritó ante el Genk y el Benfica.
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