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lunes, 12 de diciembre de 2011

Msakni, la joya del Esperance

[Vía Fifa.com] Después de una campaña victoriosa en un campeonato arduo como es la Liga de Campeones de la AFC, y después del periodo de preparación y del largo viaje a Japón, al Esperance Sportive de Túnez le va a costar asimilar la derrota por 2-1 ante el Al Sadd en cuartos de final. Pero a pesar de su disgusto, el campeón africano causó entre el público una gratísima impresión, sobre todo por la habilidad de su volante ofensivo Youssef Msakni.

A lo largo de los 30 primeros minutos de juego, tramo en que los tunecinos dominaron la contienda, el dorsal número 28 fue el artífice de por lo menos tres grandes jugadas que llevaron peligro a la portería de los cataríes. En esas acciones, el arte del maestro de 21 años salió a la luz en todo su esplendor.

"Es un jugador con habilidad suficiente para marcar realmente la diferencia en un partido. Fue el principal responsable de los apuros por los que pasamos al comienzo", declaró en el epílogo a FIFA.com el técnico del Al Sadd, el uruguayo Jorge Fossati. "Y la verdad es que no nos sorprendió, porque habíamos visto muchos vídeos del Esperance y conocíamos la capacidad de Msakni".

Cabe suponer que cada vez se tornará más habitual ver las filigranas de este joven ingenio, incluso más allá de las fronteras de Túnez. Desde que se diera a conocer internacionalmente en la Copa Mundial Sub-17 de la FIFA República de Corea 2007 —en la que marcó tres goles en los cuatro partidos de la campaña de su equipo hasta octavos de final— Youssef Msakni ha ido adquiriendo cada vez más notoriedad, tanto en el Esperance como en la selección de su país. Y eso que el muchacho no parece muy habituado a ser el foco de atención.

Humildad ante todo
Por más a gusto que se sienta con el balón en los pies, Msakni se sonroja al hablar de sus propias cualidades. El hombre no sabía dónde meterse cuando quisimos comentarle la vistosidad de su fútbol. "Bien, si dicen que tengo habilidad... gracias", contestó bajando la cabeza tímidamente en su conversación con FIFA.com. "He venido a Japón a ayudar a mi equipo a ganar; eso era lo que importaba. Pero como no ha sido posible, pues me alegro por los elogios a mi estilo. Yo intento emular al que hace el fútbol más bonito que existe, que es Messi", sonríe avergonzado como si hubiera dicho alguna barbaridad.

Youssef Msakni está dotado de una facilidad notable para el regate y ya es una figura destacada en su selección nacional. De lo cual se colige que tiene grandes posibilidades de llegar más lejos de lo que él mismo parece imaginar, cuando nos confiesa con tono humilde que sueña con jugar en Europa y ayudar a Túnez a llegar a la Copa Mundial de la FIFA Brasil 2014. Quienes están a su alrededor tienen una idea más nítida de su perfil: cualquiera de ellos opinará que Msakni es la gran promesa del fútbol tunecino. "Viene de otro planeta", afirmó entusiasta el camerunés Yannick Ndjeng, su compañero de ataque. "En Túnez tiene el potencial de convertirse en una estrella como nunca se ha visto". Eso es al menos lo que mucha gente fuera de África pudo columbrar este domingo en el estadio Toyota.

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