Doblete de Barrada para Getafe

[Vía Marca.com] En medio de una tarde fría y gris en Mallorca, se necesitaba una chispa de luz, una actuación individual que desperezara a los aficionados. El encargado de lo que parecía una hazaña antes del choque fue Abdel Barrada. El joven marroquí dio la vuelta al tanto inicial de Ramis con un doblete y sumó para los suyos la primera victoria a domicilio del año.

El chaval adquirió galones cuando su equipo más lo necesitaba. No se habían asentado los de Luis García sobre el césped del Iberostar, desangelado una vez más, y se llevaron el primer mazazo. Pereira desenfundo desde la esquina y Ramis se aprovechó de un error garrafal de Moyà para inaugurar el marcador con la testa.

Lejos de descomponerse, en el cuadro visitante reinó la calma. Habilidosos y talentosos de centro del campo hacia adelante, al Geta le está minando esta temporada la zaga. Este sábado en Mallorca también demasiado nerviosa, poco férrea y con grandes lagunas de concentración.

Pero para eso, y para todo lo demás, estaba Barrada. En esta ocasión escoltado por dos puntas de categoría. Miku, que tuvo en el primer minuto una clarísima, y Güiza, que estuvo más desapercibido en su vuelta, aunque le despidieron con todos los honores. Abdel igualó el envite antes de la media hora a la salida de un córner.

Poca pegada local

Si la defensa del Getafe no es nada del otro mundo, la del Mallorca quedó retratada al filo del descanso. Pedro Ríos filtró un pase sensacional al espacio para que Miku y Barrada encararan a Aouate. El venezolano sirvió con tranquilidad para su compañero, que sólo tuvo que empujarla.

Tras el descanso, y ya con Hemed en el campo, los de Joaquín Caparrós intentaron lograr el empate con más intención que juego. Poco fútbol, muchos centros y algo de Castro, que en el 66 tuvo la más clara para poner las tablas. El castigo pudo ser mayor para los locales, a los que les tembló el palo tras un latigazo de Pedro Ríos.

Así se escribió la primera victoria del Getafe fuera de casa en el año 2011. Luis García apostó por dos puntas y le salió bien. Un triunfo que les hace encarar el futuro con más tranquilidad, algo que ansía el Mallorca, que tendrá que luchar hasta el final por la permanencia. Tampoco está mal encaminado.