[Vía Fifa.com] Al cabo de casi 10 meses y 130 partidos, el desenlace de la Liga de Campeones africana 2011 se resolverá en un único choque este fin de semana, entre el Espérance tunecino y el Wydad de Casablanca marroquí. Después de que la ida de la final deparase un 0-0 en Casablanca hace una semana, el factor campo confiere a priori una cierta ventaja al finalista de la pasada edición, el Espérance, que en caso de imponerse el sábado por la noche en Rades se proclamaría campeón de África por segunda vez en su historia.
Sin embargo, al no haber marcado ningún tanto a domicilio que les sirva de colchón, los Sangre y Oro no tienen las espaldas cubiertas frente a un eventual golpe a traición del Wydad, que este año se ha revelado como un astuto competidor, especialmente en los partidos fuera de casa. Y dado que ambos clubes ya se han enfrentado tres veces en la presente Liga de Campeones, y que los tres duelos acabaron en empate, el equipo local podría mostrarse más timorato de lo normal. En cualquier caso, el Taraji, alentado por el público que llenará el Estadio 14 de enero en las afueras de Túnez, sigue siendo favorito para adjudicarse su primer trofeo desde 1994, pese a haber tropezado en este último escollo en sus tres finales jugadas desde entonces.
Por su parte, el Wydad se ha mostrado como un equipo muy correoso en el tramo decisivo de la competición. En la liguilla de grupos, los rojiblancos arrancaron un punto en sus visitas al todopoderoso Al Ahly egipcio y al propio Espérance. Y ya en semifinales, forzaron un empate sin goles en el choque de vuelta contra el Enyimba nigeriano, para conservar la ventaja mínima que habían obtenido en casa en la ida. Tras haberse salvado de su eliminación ante el TP Mazembe gracias a la descalificación del doble defensor del título por alineación indebida, el Wydad ha aprovechado al máximo la segunda oportunidad que le concedían en su intento por conquistar su segundo título (tras el de 1992).
En el primer asalto de la final, el conjunto marroquí llevó la manija desde los primeros compases, si bien a la postre salió vivo por los pelos del aluvión ofensivo protagonizado por los tunecinos en los últimos minutos. Fue un choque con mucha tensión y poca fluidez en ataque, y las jugadas a balón parado podrían volver a brindar las principales ocasiones de gol en el encuentro decisivo. En ambos bandos, los guardametas se ganaron el aplauso general por su actuación, y tanto el capitán del Wydad, Lamyaghri Nadir, como el arquero del Espérance, Moez Ben Cherifa, realizaron varios paradones estratosféricos. Desgraciadamente, Nadir se perderá el encuentro de vuelta tras sufrir esta semana una lesión de hombro en un entrenamiento, y será sustituido por la joven promesa marroquí Yassine Bounou. El Wydad, además, está tratando de cuadrar como sea la agenda de su espigado delantero Fabrice Ondama, que en principio debía jugar con el Congo esta semana en sus dos partidos de clasificación para la Copa Mundial de la FIFA Brasil 2014™.
Además de la etiqueta de favorito, sobre el Espérance recae todo el peso de las expectativas, ya que podría completar un triplete en 2011 tras haber ganado la liga y la Copa de Túnez. Mientras se prepara para esa oportunidad histórica, el cuadro capitalino puede extraer algunas lecciones de sus dos finales anteriores en las que la ida también arrojó un empate sin goles. En la primera, en 1994, los tunecinos se impusieron por 3-1 tras haber arrancado un 0-0 en el campo del Zamalek. En cambio, cinco años más tarde, firmaron en casa un segundo empate sin goles ante el gran rival y paisano del Wydad, el Raja de Casablanca, para acabar cayendo en la tanda de penales ante su propio público. El capitán Oussama Darragi resumió la motivación de su equipo para ampliar su vitrina de trofeos con estas palabras: “[El equipo] se ha conjurado para ganar la copa como homenaje a la afición del Espérance”.
Si el encuentro acaba ofreciendo la batalla táctica prevista, se asemejaría a una interesante partida de ajedrez entre dos reputados y veteranos entrenadores. El técnico del Wydad, el suizo Michel Decastel, acumula más de una década por los banquillos de África, incluida una estancia en el Espérance a principios del nuevo milenio. Su homólogo rival será Nabil Maaloul, un ex internacional tunecino, ex ayudante del seleccionador nacional y comentarista televisivo que lleva al Taraji en la sangre. Decastel, seguramente, estará sopesando cómo compatibilizar la protección de su inexperto pero talentoso cancerbero con la búsqueda de un valioso gol a domicilio. Maaloul, por su parte, tendrá que reajustar su nutrido mediocampo para dar cabida al regresado Darragi, quien, tras su lesión, aportó chispa al ataque en los últimos minutos del encuentro de ida. Youssef Msakni y Joseph Yannick Ndjeng integran una pareja ofensiva que ilusiona y ambos están en un buen momento, aunque Maaloul se cuidará de dejar demasiado desguarnecida a su zaga, joven pero no exenta de talento.
El que gane este encuentro de vuelta se convertirá en el décimo equipo que conquista la máxima competición africana de clubes al menos dos veces y, de paso, se clasificará para la Copa Mundial de Clubes de la FIFA 2011, que se celebra en Japón en diciembre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario