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martes, 9 de agosto de 2011

La leyenda Kanouté sigue viva

[Vía El País] Junio fue un mes delicado para los dirigentes del Sevilla. El presidente, José María del Nido, y el director deportivo, Monchi, confiaron el nuevo proyecto del equipo, en plena regeneración, a un cuerpo técnico encabezado por Marcelino García Toral. Fueron llegando los fichajes de jugadores jóvenes y con mucha proyección, como Trochowski, Manu del Moral o Coke, pero la consolidación del nuevo Sevilla dependía de un factor fundamental que se escapaba de las manos de sus responsables: la continuidad de Kanouté.

Después de 259 partidos oficiales y 128 goles desde su llegada, en 2005, el delantero, nacido en Francia, pero de padre malí -tiene esta nacionalidad, juega con su selección y se considera africano-, había pedido al Sevilla un periodo de reflexión, pues meditaba dejar el club con el que ganó seis títulos y fue parte esencial de su historia más gloriosa.

A Kanouté, al que le queda un año más de contrato, le preocupaba perder protagonismo y encarar su final en el banquillo. Los contactos con el fútbol árabe o con el Neuchâtel, el conjunto suizo entrenado por Joaquín Caparrós, le aseguraban una altísima ficha en un campeonato más tranquilo, sin tanta exigencia, ideal para poner fin a su carrera deportiva. "Queremos que Kanouté se quede, pero su futuro dependerá exclusivamente de él. El Sevilla aceptará lo que decida, teniendo en cuenta que se trata de uno de los futbolistas más importantes de nuestra historia", proclamaba Del Nido en la presentación de Del Moral, el 14 de junio.

Las dudas rondaron la cabeza de Kanouté hasta que el 17 de ese mismo mes se plantó en el estadio Sánchez Pizjuán, se sentó en el despacho de Monchi y le comunicó que seguía en el Sevilla. A pesar de que ello suponía no ahorrarse su costosa ficha y de las dudas acerca de su físico, algo castigado tras una larga trayectoria, el director deportivo del club se mostró muy satisfecho. Para él habría sido muy difícil encontrar en el mercado un recambio de garantías para el africano.

"Estuve pensando un tiempo en marcharme y no sabía si al club le interesaba o no dejarme una puerta abierta para salir. Me senté con el presidente y con Monchi y vimos que la mejor solución para todas las partes era que me quedara", declaró el propio Kanouté en el periódico oficial de la entidad. "Todavía tengo ganas de hacer cosas importantes y sumar títulos. Por eso me he quedado", añadió.

El fútbol de Kanouté parece no tener límites. Pese al buen momento de Negredo y del fichaje de Del Moral, el delantero se ha convertido ya en el máximo goleador de la pretemporada, con ocho tantos, seguido del citado Negredo y de Rodri, cada uno con cinco. Llama además la atención el detalle de que los ha logrado sin jugar un partido completo de los siete que lleva el Sevilla este verano. Con apenas tres medios tiempos y 65 minutos en el duelo del domingo ante el Nápoles, se antoja como un elemento vital en los planes de Marcelino.

"Es nuestro mejor fichaje", proclaman en el club mientras el cuerpo técnico celebra su implicación y el ejemplo que supone para los más jóvenes. Así lo entiende el propio Marcelino. "Para nosotros, es un punto de referencia en lo personal y lo profesional. Me ha sorprendido cómo se ha involucrado en este nuevo proyecto y cómo ayuda a los compañeros", destaca el entrenador. Conscientes de su importancia, los preparadores físicos miman a Kanouté. Saben que su único lunar reside en su propensión a lesionarse, por lo que necesita dosificarse después de los esfuerzos. Esta pretemporada, por ejemplo, ya estuvo inactivo ocho días por unos problemas musculares. Merece la pena el esfuerzo. "La verdad es que no sé qué habría pasado si se hubiera marchado, ya que habría sido muy difícil encontrar un futbolista para sustituirlo", añade Marcelino, a la espera de que el club cierre la contratación de Giovani dos Santos, la guinda del pastel.

Casi siempre ajeno a los acontecimientos sociales de Sevilla, el delantero lo mismo sufraga una mezquita en el centro de la capital andaluza que alimenta su fundación en Malí mientras alucina con el proyecto que tiene en mente una gran parte de la afición: un monumento en el estadio Sánchez Pizjuán. "Solo quiero que la gente se acuerde mí. Lo del monumento es demasiado", indica.

Ahora que encara su séptima temporada en el Sevilla, Kanouté agranda su leyenda con un objetivo en la mente: 28 partidos le separan de Renato para ser el extranjero con más encuentros disputados en la historia del club.

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