[Vía Fifa.com] El año que viene por estas mismas fechas, Lucio Antunes ya habrá vuelto a su trabajo como controlador aéreo en el aeropuerto de Sal, situado en el extremo más occidental del continente africano. Pero antes de que termine el año y medio de excedencia que se ha tomado para ponerse al frente de la selección de Cabo Verde, el eventual entrenador quiere asegurarse de que el combinado de la nación insular vuele bien alto.
Con cuatro jornadas ya disputadas, los caboverdianos son líderes del Grupo A de la competición clasificatoria para la Copa Africana de Naciones 2012, y a pesar de la derrota por la mínima cosechada el fin de semana pasado en Liberia, tienen grandes esperanzas de participar, por primera vez en su historia en la fase final del certamen. “Aunque perdimos, seguimos en cabeza, lo que significa que mantenemos la confianza. Está en nuestras manos”, nos confesó en exclusiva el joven seleccionador, que está a punto de entrar en los anales futbolísticos de su país. “Todo el mundo en las islas, y lo que es más importante, los propios jugadores, creen que podemos conseguirlo. Puede que la derrota del último partido haya minado un poco nuestra confianza, pero lo más importante es que mis hombres y yo somos muy optimistas”.
En los últimos tiempos, Cabo Verde se ha quitado el sambenito de modesta dentro del fútbol africano y ha estado a las puertas de participar en los principales certámenes continentales. Sin embargo, según Antunes, las expectativas nunca habían sido tan grandes como ahora para los Tiburones Azules. “Es la primera vez que se nota tanta emoción, pero tenemos que mantener la situación a raya para que la gente no se deje llevar por el entusiasmo. Tenemos que controlar las expectativas para que todo esto no tenga un impacto negativo en los jugadores”, explicó el técnico.
Con todo, Antunes también está convencido de que, para los isleños, el peso de la responsabilidad no supone necesariamente algo malo, en especial en un país en el que hace algo más de una década pocos creían en la selección nacional. “Creo que para los jugadores es bueno aprender a actuar bajo presión”, aseveró el joven entrenador -foto-.
La derrota en Monrovia ha dejado a los caboverdianos de líderes con siete puntos, a uno de Malí, la favorita del grupo, dos de Zimbabue y tres de Liberia. Así las cosas, los cuatro contrincantes aún tienen posibilidades de clasificarse para la fase final, que se celebrará en Gabón y Guinea Ecuatorial. Por eso, el desplazamiento de los hombres de Antunes a Bamako el próximo mes de septiembre será un choque decisivo que podría dejar sentenciado el porvenir del grupo.
“Para nosotros será el partido más importante, y creo que para Malí también”, añadió. “Se trata de un grupo en el que resulta igual de difícil vencer en casa que a domicilio, pero puedo asegurarles que haremos todo lo que esté en nuestra mano para ganar. Hemos sido líderes de grupo desde que comenzó la campaña de clasificación, y queremos asegurarnos de terminar del mismo modo”.
Cabo Verde sigue contando con sus numerosos jugadores afincados en el extranjero para conformar su selección. “Ahora mismo, alrededor del 90% de los integrantes del combinado milita en clubes europeos (de Portugal, Francia, España, Holanda y otros países). Son futbolistas profesionales que están ansiosos por demostrar su valía en la fase final de la Copa Africana de Naciones. Trabajar con ellos ha sido muy fácil, porque tienen mucha experiencia y voluntad”.
Antunes, que ha ido escalando puestos dentro el cuerpo técnico de la Asociación Caboverdiana de Fútbol, tomó el relevo de João de Deus al frente de la selección al comienzo de la competición preliminar de la Copa Africana de Naciones 2012. Desde hace casi un año ocupa el cargo a tiempo completo, dado que pidió una excedencia en su trabajo como controlador aéreo de uno de los aeropuertos con más tráfico de África. Anteriormente fue el segundo de a bordo del portugués De Deus durante la competición preliminar de la Copa Mundial de la FIFA Sudáfrica 2010. Además ha sido seleccionador de los sub-21 desde 2007, con los que ganó los Juegos Lusófonos celebrados en Portugal hace dos años. También entrenó al club Academico do Sal, ex campeón de liga.
Si los Tiburones Azules logran el pase para la cita continental del año que viene, Antunes se convertirá en el seleccionador con más éxito del país. Pero él no seguirá su trayectoria ascendente en el mundo del fútbol, sino que regresará a su torre de control del tráfico aéreo. “Mi trabajo es mi trabajo, tengo que volver”, admitió.
No hay comentarios:
Publicar un comentario