[Vía Fifa.com] Transcurrida casi una hora de juego del encuentro de clasificación para la Copa Africana de Naciones que Kenia y Angola disputaron en Nairobi el pasado fin de semana, las Estrellas Harambee perdían 0-1, y parecían ir rumbo de malograr su campaña. Pero eran conscientes de que necesitaban los tres puntos para volver a tener opciones en el Grupo J y, en un alarde de determinación, empataron a través de Jamal Mohammed, para luego acabar alzándose con el triunfo en los instantes finales.
Mucho después de que concluyese la contienda, los aficionados que se habían dado cita en el estadio de Nyayo y sus alrededores seguían celebrando entusiasmados el golazo de MacDonald Mariga que supuso el 2-1 definitivo. Por todo el país, hinchas sin recursos económicos se habían desplazado a centros comerciales y restaurantes para poder ver el choque, y obtuvieron su recompensa con un momento verdaderamente inolvidable, que apunta a mayores posibilidades para una nación ávida de triunfos.
El capitán, Denis Oliech, autor del disparo cuyo rechace propició el primer gol, tradujo en palabras lo que todos sintieron. “Esta victoria es para Kenia. No es sólo para mí o para una poca gente, sino para 30 millones de personas”, afirmó el jugador del AJ Auxerre, quien también analizó el compromiso que les aguarda en junio en Luanda. “Demostramos mucho carácter al luchar hasta el final, aunque ahora tenemos que centrarnos en el siguiente partido. Pero por lo menos en estos momentos ya estamos un paso dentro del autobús. Nuestra meta es 2012, el próximo partido es fuera de casa y debemos concentrarnos al máximo”.
Pese a la derrota sufrida contra Nigeria en un amistoso disputado el martes, el triunfo sobre las Palancas Negras, un rival que hace sólo cinco años participó en la Copa Mundial de la FIFA y llegó a cuartos de final de la última edición de la Copa Africana de Naciones, de la que fue organizador, supone toda una inyección de moral. Kenia únicamente ha disputado una fase final del torneo continental en los dos últimos decenios, y había empatado en octubre en casa ante su vecina Uganda, líder del grupo, de modo que sus apasionados seguidores tienen derecho a creer que el equipo avanza al fin en la dirección adecuada.
La selección keniana había empezado con mal pie la competición preliminar, al perder en Guinea-Bissau, y antes del sábado su última victoria en un partido de clasificación se remontaba a junio de 2009, cuando superó a Mozambique en Nairobi. Fue también Mariga quien marcó diferencias entonces, al firmar el gol del triunfo. Sin embargo, aquellos tres puntos serían los únicos de las Estrellas en el grupo clasificatorio de la Copa Mundial de la FIFA y la Copa Africana de Naciones del año pasado.
“Llevábamos mucho tiempo sin ganar en casa”, afirmó Mariga -foto- a la conclusión del duelo, aliviado. Con todo, lamentó la tarjeta amarilla que recibió al quitarse la camiseta para celebrar el tanto, que le valió la expulsión y le obligará a perderse el siguiente encuentro. “Lo que hice fue estúpido, y me castigaron, así que creo que he aprendido”, admitió. “No volverá a suceder. Olvidé que ya tenía una amarilla”.
El seleccionador provisional, Zedekiah Otieno, “Zico”, defensa internacional en su época de futbolista, contempla el futuro con optimismo. “Teníamos que ganar para recuperar nuestras posibilidades, y lo hemos hecho de una manera muy especial, contra un adversario muy potente”, señaló. “Me alegro por los muchachos, porque siguieron presionando a pesar de recibir un gol al principio”.
Pero Otieno, cuarto técnico del combinado nacional en dos años y quien también dirige al Gor Mahia, club subcampeón de Kenia la temporada pasada, sabe que todavía queda mucho trabajo por hacer. Explica que no está sometido a ninguna presión con las Estrellas Harambee, y que la clave para que el equipo alcance el éxito es “una buena organización”.
Es evidente que debe mejorar en ese aspecto, después de que un desacertado ataque angoleño pusiese de manifiesto una fragilidad defensiva paliada tan sólo por la excelente actuación del guardameta Arnold Origi. El arquero, que compite en la liga noruega, no es el único integrante de la “legión extranjera” del equipo nacional: también están Oliech (Auxerre), Mohammed (Kazma, de Kuwait), Mariga (Inter de Milán) y su hermano pequeño, Vincent Mugabe (que juega en el Germinal Beerschot belga). Todos ellos forman el núcleo de un conjunto que recibirá en septiembre a Guinea-Bissau, antes de afrontar en octubre un desplazamiento que podría resultar crucial al campo del líder, Uganda.
La liga keniana ha experimentando un resurgimiento en los últimos años: el acuerdo de colaboración con la importante cadena televisiva SuperSport le ha dado constancia, y permite al público keniano disfrutar de un fútbol de calidad. Sin embargo, esta nueva época aún no ha propiciado la aparición de nuevos jugadores capaces de competir en el plano internacional y responder a las altas expectativas de los aficionados.
Un futbolista del que sí se aguardaba mucho era Bob Mugalia, congoleño de nacimiento y cuyo sensacional desempeño en la primera división keniana había provocado un clamor a favor de su nacionalización. No obstante, el extremo se mostró ausente durante la mayor parte del encuentro ante Angola. Aun así, no cabe duda de que la paciencia y el esfuerzo de una nueva generación de futbolistas que está curtiéndose darán sus frutos. “Creo que nuestros jugadores que militan en clubes nacionales están perdiéndose muchas cosas”, ha declarado Dan Shikanda, antaño estrella de la formación keniana. “Lo que hace falta es dar estabilidad al cuerpo técnico de la selección y elevar el nivel de la preparación en los clubes”.
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