El desafortunado episodio tuvo lugar en el calentamiento que realizaban los jugadores del Chelsea previo al amistoso ante el Cristal Palace. Un fuerte remate de Michael Essien dio en la cara de un niño que comenzó a llorar en la tribuna junto a su madre, al ver sangre en su rostro. Al darse cuenta, el volante ghanés acudió rápidamente a la tribuna para consolar al niño y pedir la asistencia médica. Luego, ya en el partido, el Búfalo marcó el único tanto del partido.
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