martes, 30 de abril de 2013

El revolucionario Mekhloufi

[Vía Deia] BILBAO- Dejarlo todo por defender a tu pueblo. Luchar por las injusticias, por la imposición. Esa fue, durante años, la causa de miles de ciudadanos colonizados por potencias europeas. Ridiculizados, apartados y maltratados. Situaciones que se repitieron a lo largo y ancho del planeta durante los siglos XVIII y XX, pero que se cebaron especialmente con África. El continente entero, fue golpeado con crudeza, conquistado de norte a sur y de este a oeste. Explotados hasta la saciedad, muchos ciudadanos se alzaron contra el poder reclamando libertad y exigiendo la independencia de sus países. Miles de personas defendieron sus raíces, sus costumbres y su cultura; entre ellos, Rachid Mekhloufi (12-VIII-1936; Setif, Argelia), un excepcional futbolista que decidió dejar la comodidad y la prosperidad de la vida francesa, país al que había llegado en 1954, para dar a conocer, por medio del fútbol, la guerra que comenzó ese mismo año y que había sido oculta por "una fuerte censura", como así explica el africano, que se encuentra estos días por Bilbao con motivo del Thinking Football Film Festival organizado por la Fundación Athletic y cuyo primer largometraje, Los rebeldes del fútbol, se emite hoy -por ayer- (19.00 horas) en la Sala BBK.

Hastiado por las atrocidades que las fuerzas francesas habían realizado sobre sus compatriotas, sabedor de que en el país africano su porvenir era desalentador, pues explica que "la segregación era un gran problema. Los argelinos no teníamos derechos, estábamos apartados de los franceses y las oportunidades para nosotros eran mínimas". "¡Hasta las aceras estaban divididas para unos y otros!", exclama.

Con 18 primaveras, una edad en la que todavía se consideraba "apolítico" -aunque con 9 años fue testigo directo de la masacre de Setif, su pueblo natal, en la que fallecieron 45.000 argelinos, lo que le hizo adquirir una conciencia nacional-, Rachid aterrizó en Francia después de fichar por el Saint-Etienne, equipo que junto al Stade de Reims reinaba en la liga gala. "Desde que llegué me trataron de maravilla. No tenía nada que ver con lo que sucedía en Argelia. La colonización era una cosa horrible de la que en Francia apenas se tenían noticias", expone sin tapujos.

En la capital del departamento del Loira creció enormemente como futbolista. Sus fabulosas cualidades para la práctica del balompié le convirtieron en uno de los jugadores referentes del campeonato francés. Pero al mismo tiempo, creció su interés por la política. "Las únicas noticias que llegaban lo hacían desde el Frente de Liberación Nacional (FLN). Solo así nos enterábamos de lo que sucedía en Francia, pues de manera oficial, desde el Gobierno llegaban cosas con cuentagotas".

FUGA DEL PAÍS 
Tal fue su irrupción en el fútbol francés, que fue citado por la selección gala para la disputa del mundial de Suecia'58. Rachid Mekhloufi era junto a Raymond Kopa y Just Fontaine la estrella de aquel combinado que, además de Brasil -que logró su primer cetro mundial-, partía como principal favorita. Pero estando en plena concentración, en el mes de abril de 1958, una visita inesperada de un miembro del FLN le hizo abandonar el país de manera clandestina. Prófugo de la justicia, pues por su condición de militar le esperaban 20 años de cárcel, emprendió rumbo a Túnez, donde se juntó con otros militantes del FLN, desde Suiza. "El aduanero, que no debió escuchar la radio, pues se había dado el aviso de prohibir la salida de Francia de cualquier jugador de origen argelino, me preguntó si iba a por chocolate", recuerda.

No tuvo mayores problemas para alcanzar suelo tunecino, donde brotó el germen de una selección no oficial cuyo objetivo principal era el de servir de propaganda para el Frente de Liberación Nacional. "En todo el mundo nos veían como gente luchando por la justicia, por la independencia", admite Rachid, que viajó por el mundo con el combinado argelino con excelentes resultados, hasta poco antes del final de la guerra y la consecución de la independencia. Después llegó la legalidad.

Se considera una persona "rebelde", de otra forma no se entendería su lucha. Ahora, con calma, recuerda todo lo vivido con una enorme pena, pero satisfecho porque sus esfuerzos y los de otros muchos compatriotas tuvieron el efecto deseado. Tras el fin de la colonización regresó a Francia, donde volvió a deleitar con su fútbol a la afición del Saint-Ettiene. "Me reuní con Ben Bella -primer presidente del país africano- y le pregunté si podía volver a Francia. Fue tajante: No hemos peleado tanto para imponernos un bloqueo a nosotros mismos. Eres libre". Palabras que quedaron grabadas a fuego en la mente de Rachid Mekhloufi.

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