[Vía Diario Digital Atlántico] Yago Yao Alonso (Costa de Marfil, 1979) afronta su tercera temporada en las filas del Coruxo. El equipo que le ha permitido asentarse en Vigo, la ciudad a donde quería volver con su mujer y sus hijos y la localidad que, como él mismo reconoce, le marcó desde que llegó con 20 años al Celta.
Gran inicio de temporada del Coruxo. Imagino su alegría.
Sin duda. Estoy muy contento y ojalá sigamos en esta dinámica. Nuestro objetivo es no sufrir y seguir con solvencia un año más en la categoría.
La única pena fue el tropiezo ante el Rápido en la Copa Federación.
Nos ha dolido, porque nos hubiese gustado llegar a la final. Es nuestro único tropiezo, de momento, y ahora sólo tenemos que pensar en el próximo partido ante el Caudal.
Después de estar en una gran cantidad de equipos, parece que ha encontrado una estabilidad en el Coruxo.
Sí. Mi idea cuando regresé a Vigo era la de afincarme aquí. Mi mujer ya se reincorporaba a su trabajo en la ciudad e íbamos a vivir aquí. El Coruxo contactó conmigo, mantuvimos conversaciones y, cuando vi que no podía seguir en Inglaterra, me vine. Me ofrecieron la estabilidad que estaba buscando con mi mujer y mis hijos.
Ha estado en las tres primeras categorías del fútbol español, ¿qué hay de bueno y malo en cada una?
En Primera División todo es positivo. Todo es más mediático, están las grandes estrellas y la repercusión es mayor. Por eso lo negativo también tiene más repercusión. Hay buen ambiente y los campos son muy buenos. Es una competición bonita. En Segunda hay menos medios de comunicación, menos excelencia, y es una competición más larga y competida. Y por último, en la Segunda B, hay mucha igualdad, todos los partidos son finales y más siendo equipos modestos como el nuestro. Todas tienen sus pros y sus contras, su encanto.
El Coruxo es un equipo modesto que, como todos, nota la crisis, ¿está tranquilo en ese aspecto?
Sí. No cabe duda que en el club se nota la crisis, en los clubes y en todos los sectores. Lo llevamos de la mejor manera posible. El presidente y el consejo de administración del Coruxo, en ese aspecto, siempre han sido muy claros con lo que pueden pagar y lo que no. Aplican el sentido común, ofrecen lo que pueden pagar y si no, nada. Y de ahí vienen los triunfos, porque es una garantía y una tranquilidad. En muchos equipos te pueden ofrecer cantidades superiores, que luego las ves y las deseas para poderlas cobrar. Aquí están haciendo las cosas bien. Nosotros somos conscientes de cómo están los tiempos y no hay ningún malestar.
¿Se podría decir que Vigo es su segunda casa?
Por supuesto. Desde que llegué al Celta con 20 años me sentí muy querido por la afición celeste y por la ciudad. Y eso me ha marcado, tanto a mí como a mi mujer. Se ha convertido, ya no en la segunda, sino en nuestra primera casa, porque nos vamos a quedar aquí muchos años.
Y de su paso por la selección de Guinea Ecuatorial, ¿qué hay de nuevo?
Pues la última vez que acudí fue en junio de la temporada pasada para disputar dos partidos de la Fase de Clasificación al Mundial 2014. Desde esa no he vuelto, y lo cierto es que son experiencias muy bonitas y enriquecedoras contra equipos muy potentes del continente africano. Si toca volver, fantástico, y si no que me quiten lo bailado.
El gran problema pueden ser los viajes, ¿cómo lleva eso?
Los viajes son muy largos y duros. Se hacen muy pesados porque son muchas horas, pero al final te compensa el vivir esas eliminatorias, son de otra pasta. El fútbol africano, además, es diferente al europeo, y te enriquece probar otras experiencias en el fútbol.
¿Cuántos años de fútbol le quedan a Yago Yao?
Lo que mi mente y mi físico aguante. De momento estoy muy contento y muy motivado en el club. Físicamente me encuentro muy bien y hasta que la carrocería aguante, pues ahí seguiremos.
Y después de colgar las botas, ¿qué le espera?
Luego ya veremos, tengo el título de director deportivo desde hace tres años, y empezaré esta temporada el de entrenador. Pero siempre aquí en Vigo.