En diálogo con
Don Balón, Roger Milla, gloria del fútbol camerunés y africano, hizo un repaso por su carrera y por los cambios del fútbol de su época al de ahora. También destacó que a lo largo de su carrera la mayor influencia que tuvo siempre fue la de Dios.
¿Era muy distinta la época que le tocó vivir de la actual?
Pues la verdad es que, en mis tiempos, tanto dentro como fuera del campo, no teníamos el nivel organizativo que impera en el mundo del fútbol en la actualidad.
¿Y dónde estaba la mayor diferencia?En varios aspectos. En aquella época no había preparadores físicos especializados, científicos deportivos, nutricionistas o psicólogos, y los aspectos tácticos del juego no estaban tan desarrollados como ahora.
Eran otros tiempos...
Eso está claro. De alguna manera, en mi época en activo el futbolista tenía que buscarse la vida y cuidar de sí mismo, sin intermediarios de ningún tipo. Por ejemplo, nos teníamos que ocupar nosotros mismos de nuestras botas, que son la base de nuestro funcionamiento como profesionales.
¿Cambiaría algo en su carrera si pudiera volver hacia atrás en el tiempo?
Pues la verdad es que, de estar jugando ahora, sería mucho más firme, agresivo incluso diría, a la hora de defender mis derechos.
¿Qué quiere decir?
Lo cierto es que se daban muchas cosas por hechas demasiado a menudo en los clubs en los que estuve en Francia. No me mostraron el respeto suficiente.
¿Puede dar algún ejemplo?
Cuando me marché de Camerún en 1977 y llegué al campeonato francés para jugar con el Valenciennes yo era el jugador africano del año. Sin embargo, el club ni siquiera pudo proporcionarme una casa en condiciones.
¿Cuál ha sido el mayor cambio que ha habido en el mundo del fútbol desde que usted colgó las botas?
La sentencia Bosman, sin lugar a dudas. Antes de ella eran los clubs los que tenían la sartén por el mango en cualquier circunstancia y los futbolistas eran tratados como mera mercancía. Gracias a la sentencia Bosman las cosas cambiaron y los propios futbolistas pasaron a ser los jefes.
¿Cuál ha sido el o los futbolistas de los últimos cincuenta años que más ha admirado a nivel personal?
Si le digo la verdad, no he visto a nadie en toda mi vida que se acercara al nivel y la brillantez de Pelé. El brasileño era un espectáculo por sí sólo, tenía unas condiciones extraordinarias y, sobre el terreno de juego, leía los partidos y pensaba a mayor velocidad que cualquiera de sus compañeros o rivales.
Le admira usted mucho...
’O Rei’ me concedió el honor de escribir el prefacio de mi autobiografía. Con toda sinceridad me sentí muy honrado por ello, así como por los elogios que le dedicó al conjunto de mi carrera.
¿En su opinión es mejor el fútbol actualmente de lo que era en su época en activo?No hay más que mirar un partido hoy en día para darse cuenta de que el juego en la actualidad es mucho más rápido, e incluso puede llegar a ser frenético. Los futbolistas actuales son verdaderos atletas, y su forma física es impresionante...
¿Pero no observa usted ningún aspecto negativo?
Actualmente, por regla general, y dejando aparte a los grandes ‘cracks’ a nivel mundial como Messi, Cristiano Ronaldo, Xavi o algún otro, no veo ni la sutileza ni la improvisación que solía haber en los partidos que me tocó jugar a mí.
De entre todos los entrenadores que ha tenido ¿Cuál le marcó más?
En mi etapa en el Bastia, tuve a un técnico llamado Antoine Redin. Antes de llegar a Córcega este entrenador estuvo en el Nancy, y allí tuvo mucho que ver con el desarrollo futbolístico de Michel Platini.
¿Por qué fue tan importante para usted este entrenador?
A Redin le gustaba el fútbol de ataque y, al contrario de muchos de los entrenadores que tuve, creyó en mí y dejó que pudiera expresarme tal y como quería sobre el terreno de juego.
¿Quién fue su mayor influencia a lo largo de su carrera?
Mi mayor influencia siempre ha sido Dios.
Y, para terminar, ¿cómo le gustaría ser recordado para la posteridad?
Como uno de esos futbolistas que siempre estarán asociados a la historia de los Mundiales. Y, por otra parte, también me gustaría que se me recordara como un goleador con talento y un pionero para los jugadores africanos en Europa.
