sábado, 5 de septiembre de 2020

Un país, una historia: Nigeria

Si hablamos de Nigeria y su fútbol lo primero que se nos viene son la explosiva aparición de las Súper Águilas en los noventa (con la medalla de oro en Atlanta 1996 o sus primeras apariciones mundialistas en Estados Unidos 94 y Francia 98) o bien nombres propios como Yekini, Amokachi, Rufai, Okocha y Kanú, entre otros. Pero antes de todo eso el seleccionado nigeriano ya había sido campeón africano dos veces (como locales en 1980 y en Túnez 1994) y subcampeón en tres ocasiones (1982, 1988 y 1990). También en Seúl 1988 tuvieron su tercera participación olímpica con poco éxito ya que perdieron sus tres compromisos en el Grupo D ante Brasil (4-0), Yugoslavia (3-1) y Australia (1-0). En aquel equipo, el número 10 era Samuel Sochukwuma Okwaraji, un jugador que prometía pero que al año siguiente, con solamente 25 años, falleció en medio de un partido clasificatorio para el Mundial de Italia ante Angola.

Sam nació en 1964 y a sus tres años sufrió la pérdida de su padre, que trabajaba en Nigeria Airways. Creció al lado de su madre Lady Janet hasta que a los 18 emigró rumbo a Italia para estudiar derecho internacional sin haber jugado profesionalmente en su país natal. Sin embargo fue creciendo académicamente en sus estudios y también a nivel futbolístico para poco después sumarse a la Roma.  En agosto de 1985, Okwaraji se mudó a Croacia para debutar profesionalmente en el Dínamo Zagreb. A pesar de haber jugado solo un partido oficial en el club croata (4-3 sobre Pristina en el campeonato de 1986), Stef -como lo bautizaron- se ganó el cariño de los hinchas y provocó confusiones con su apellido entre los periodistas que lo llegaron a llamar como Okwarato y Okwarati. Además, fue el primer africano en jugar en el club.   

A diferencia de la mayoría de los jugadores del continente que primero destacan en sus país y luego emigran al fútbol europeo, Okwaraji hizo el trayecto contrario pero tuvo que luchar para poder llegar a vestir la camiseta de las Súper Águilas. De Croacia pasó al Klagenfurt FC (segunda de Austria) y luego a Alemania, adquirido por el Stuttgart por seis temporadas. Rápidamente fue cedido al SSV-ULM 1846 de la segunda división y allí se empezó a transformar en leyenda. Cuando se le dio la posibilidad de representar a Nigeria su club pidió a la Federación Nigeriana la suma de 45 mil dólares por contar con Sam y por las pérdidas generadas por la ausencia del mediocampista. Aunque los dirigentes llegaron a juntar un tercio de esa suma, Okwaraji se puso firme y dejó todo por jugar para el seleccionado nigeriano. "Soy un abogado que conoces, y firmé para jugar con determinadas condiciones. Pero no creo que haya incluido algún costo por servir a mi país. Tú o el club no pueden impedir que juegue para mi país. Déjame decirte, voy a representar a mi país en el Mundial de Italia, te guste o no", fueron las palabras de Okwaraji a los dirigentes alemanes.

Poco después, junto a jugadores como Rufai, Eguavoen, Keshi o Yekini, Sam fue parte del plantel nigeriano en la Copa Africana de Naciones (CAN) 1988 en Marruecos. Con el número 8 Okwaraji fue uno de los estandartes en el equipo del alemán Manfred Honer que cayó en la final ante el Camerún de Milla, Bell, Tataw, Makanaky y Kundé, entre otros. En este certamen Okwaraji marcó el gol más rápido de la edición por la segunda fecha del Grupo B en el 1-1 ante los Leones Indomables que luego los vencerían en el encuentro definitorio; también marcó su penal en la tanda de semifinales contra Argelia.   
Poco después de la CAN 1988 llegó el primer Juego Olímpico para Okwaraji. Otra vez fue uno de los líderes del equipo del alemán Honer junto a Eguavoen, Yekini y Siasia. La rápida despedida en fase de grupos golpeó a todo el plantel nigeriano pero esta generación seguiría adelante. El siguiente objetivo para las Súper Águilas era clasificar por primera vez a un Mundial: Italia 1990.

Nigeria quedó encuadrado en el Grupo C junto a Camerún, Angola y Gabón. El ganador de la zona pasaría a la ronda final por un lugar en la cita italiana pero los nigerianos se quedaron a las puertas y con un duro golpe entremedio que aún duele hoy en día: la pronta partida de Sam Okwaraji. El arranque fue inmejorable, con dos triunfos de local (1-0 a Gabón y 2-0 a Camerún) y un empate 2-2 en su visita a Angola. En la cuarta fecha llegó una caída sorpresiva en Libreville ante los gaboneses que no habían sumado hasta allí. 

Para la fecha 5, el 12 de agosto de 1989, después de mucho tiempo Nigeria volvía al Estadio Nacional de Lagos que había estado fuera de servicio por refacciones. Las tribunas se colmaron desde temprano y aquel día hubo 100.000 espectadores. Las crónicas hacen mención a empujones, aglomeración, asfixia y muertes. Poco antes del inicio, algunos espectadores comenzaron a desmayarse y hubo corridas. Quince aficionados tuvieron que ser trasladados al Hospital General de Lagos y cinco de ellos murieron, tal el caso de Niyi Mosuro, un estudiante de 15 años. Yendo a lo futbolístico, en un partido muy peleado, Nigeria se adelantó sobre el final del primer tiempo con un tanto de Keshi -el mismo que en 2013 fue campeón de la CAN como técnico-. Pero sobre los 81 minutos, la alegría se empezó a desvanecer como la vida de Okwaraji. Sam cayó desplomado en el campo y quedó tendido boca abajo. 
Todos pensamos que simplemente se había desmayado y que se iba a recuperar”, comentó al otro día su compañero Etim Esin.  Samson Siasia -autor del gol contra Argentina en el Mundial de Estados Unidos- corrió hacia él y trató de ponerlo boca arriba pero al verlo no pudo evitar llevarse las manos a la cabeza. “Estaba jadeando y echando espuma. Tenía los dientes arenosos", dijo Siasia. Uno de los médicos que lo atendió informó que la muerte fue muy rápida y una insuficiencia cardíaca habría sido el motivo. "Hice un buen partido e incluso salvé un penalti, pero perdí a un amigo muy querido, Sam Okwaraji", declaró el arquero David Ngodigha.

Dos semanas después de un golpe durísimo para el fútbol nigeriano y para todo un país, las Súper Águilas se jugaban el pase a Italia 90 ante Camerún. Y los Leones Indomables se impusieron 1-0 con gol de Omam Biyik, mismo jugador del gol en el debut ante Argentina en la histórica actuación mundialista del equipo de Milla, N´Kono y Makanaky. Así Nigeria se quedó sin Mundial y también sin Okwaraji.

En esos momentos el presidente nigeriano era Ibrahim Babangida -lideró el país entre 1985 y 1993- quien dispuso cincuenta mil dólares para la familia de Okwaraji. Más allá de eso sus críticos le remarcan que por ese tiempo hizo poco para cumplir con su promesa de inmortalizar a la estrella caída. Un busto en las afueras del estadio en el que jugó su último partido y murió también lo recuerda. Aunque su cuidado también ha sido motivo de quejas y reclamos. Okwaraji fue un verdadero héroe que jugó con su corazón y murió vistiendo nuestros colores nacionales. La estructura que conmemora su recuerdo debe ser una que podamos visitar religiosamente y apreciar incluso desde lejos, y no una que se vea fea y descuidada”, dijo un aficionado en 2015. 
En el pueblo natal de Okwaraji también el recuerdo sigue vivo. En Orlu -estado de Imo-, enfrente al Hotel Domas se encuentra la casa familiar y un mini castillo que alberga sus restos. Y también un Estadio lleva su nombre allí, cuando el gobierno de Achike Udenwa hizo eso en su honor como una forma de inmortalizar su nombre. Aunque según las últimas informaciones conocidas, no hay letrero ni estatua de Sam y el campo de juego, que cuenta con parches de arena y césped crecido, sirve como campo de entrenamiento para un grupo conocido como All Stars and Friends (ASAF).

El 19 de mayo del año pasado, al cumplirse el 55 aniversario del nacimiento de Okwaraji, Google lo homenajeó con un Doodle. Y días después se cumplieron 30 años desde su fallecimiento. Con tal motivo, la Federación Nigeriana publicó un video y un mensaje alusivo en sus redes sociales destacando en palabras de su presidente Amaju Pinnick el sacrificio y patriotismo de Okwaraji vistiendo y defendiendo la camiseta de las Súper Águilas.

Ya en mayo de 2020, y por solicitud de algunos sectores ligados al deporte, la misma Federación anunció el apoyo económico para las madres de Okwaraji y Yekini -fallecido en 2012-. Treinta mil nairas mensuales para cada una y la promesa de hacer extensivo ese mismo aporte a las madres de todos aquellos internacionales por Nigeria que haya muerto o mueran estando activos con el seleccionado. Sin embargo, Lady Janet -madre de Okwaraji- no pudo disfrutar mucho del beneficio porque en junio se conoció su fallecimiento. A los 83 años murió tras pelear mucho tiempo contra una enfermedad. 

Las últimas noticias relacionadas con Okwaraji hablan de una propuesta para renombrar al Estadio Nacional de Lagos en su honor. Leslie Oghomienor, presidente de Blaugrana Sports Group International Nigeria, sostuvo que cambiar el nombre del estadio por Sam Okwaraji sería una forma de honrarlo y de enviar una señal positiva a las estrellas actuales y futuras. Otras iniciativas similares serían retirar el uso del número 6 del seleccionado o hacer un partido anual o competición también en su nombre. Muestras claras de que, a pesar de una pronta partida, el nombre de Okwaraji y su recuerdo siguen muy presentes en el ámbito deportivo de Nigeria.  

Fuentes: Brila, The CablePublic News Update, Sports Village Square, GNKDinamoBingalor, PM News, Complete Sports, Vanguard y Gamji. 

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